La eternidad de una semana

¿Quién me iba a decir hace hoy exactamente cuatro meses, tres días después de haberse terminado el campeonato del mundo de 2009, el mismo día que Toyota anunciaba su retirada de la F1 y que yo anunciaba al primer ganador de la Liga Fantástica, que la travesía por la pretemporada de 2010 se me iba a hacer tan corta. Quizás no es que haya pasado deprisa, de hecho el reloj ha seguido marcando las horas de la misma forma que lo hace siempre, pero cuando algo bueno se acaba uno siempre cree que se hará muy largo el camino hacia otro momento de esa índole.

¿Quién me iba a decir hace hoy exactamente cuatro meses, tres días después de haberse terminado el campeonato del mundo de 2009, el mismo día que Toyota anunciaba su retirada de la F1 y que yo anunciaba al primer ganador de la Liga Fantástica, que la travesía por la pretemporada de 2010 se me iba a hacer tan corta. Quizás no es que haya pasado deprisa, de hecho el reloj ha seguido marcando las horas de la misma forma que lo hace siempre, pero cuando algo bueno se acaba uno siempre cree que se hará muy largo el camino hacia otro momento de esa índole.

Pues a falta de exactamente una semana para que ese momento se produzca, el balance que puedo hacer es que, a pesar del continuo ir y venir de rumores, a pesar de la lentitud con la que los hechos se han ido produciendo, la espera no se me ha hecho tan dura como pensaba, y aquí me encuentro (aquí nos encontramos todos juntos), a siete días de volver a imaginar el olor a goma quemada a través de la televisión, en un año en el que además espero volver a sentir esa emoción especial que tenía allá por 2005 y 2006 (y 2007 también, aunque ese año los sentimientos se entremezclaron), y que fui perdiendo con el paso del tiempo.

Esta travesía por el desierto de la pretemporada finalizará en otro desierto, el de Bahrein, donde además se destaparán todas las dudas que hoy hacen que todos estemos emocionados y deseemos que los días pasen volando. Se verá si realmente hay cuatro equipos en la lucha, si los nuevos son tan malos como se espera, si los de la parte media pueden dar guerra...todo en ese Gran Premio siempre especial que abre el telón.

Pero es precisamente esa ansia que nos reconcome la que hace que los días cada vez sean más largos, y se haga más tensa la espera cuanto más se aproxima el "día D". Somos aficionados, fans, y al fin y al cabo ese sentimiento es algo que nos caracteriza. No podemos esperar, pero esperamos lo que haga falta, y en torno a esa contradicción giran nuestras emociones. Estos días se nos pueden hacer eternos, pero han de pasar tal y como han pasado los otros ciento veinte.

Y mientras nosotros estamos metidos de lleno en esta especie de montaña rusa de la exaltación, los protagonistas de toda esta historia miran hacia el futuro, pero cada uno a su manera. Unos están igualmente viviendo esa efervescencia de querer saber si están o no arriba, otros son pesimistas, y otros simplemente intentan pensar en completar las carreras, lo cual ya sería un éxito para ellos. Y por otro lado está la parsimonia de la FIA, que todavía no ha confirmado a todos los pilotos de la parrilla y es el único elemento de este "puzzle" que parece no encajar, y de hecho las demás "fichas" no están muy contentas con el asunto, como se puede ver por las protestas de los equipos y también las de los aficionados.

Pero todo va a estar listo en siete días, o debería estarlo, pues no creo que en Lotus, Virgin y sobre todo Hispania estén muy de acuerdo con lo que acabo de decir, dado que creo que ellos no están preparados aún para tener un rendimiento decente en un Gran Premio. Y cuando hablo de decente me refiero al simple hecho de terminarlo sin errores ni problemas o sin ser doblados tres o cuatro veces. Todos han de poner sus cartas sobre la mesa y voltearlas. Y como ya os dije el año pasado (espero no equivocarme en esa ocasión), ya sabemos quién lleva, de momento, la mejor mano.


Imágenes: Daylife