30/3/10

"Ok, I don't want to know"

En esta vida hay cosas que son inexplicables con palabras, bien porque existe una manera personal o alternativa de comprenderlas o bien porque sencillamente no se han podido demostrar. No sé muy bien si lo de este chico de Oviedo forma parte del primer o del segundo grupo o si realmente tiene alguna interpretación que desconozco. Quizás yo lo vea de una forma diferente y lo sienta también como tal, y seguro que más de uno simplemente no quiere pararse a percibirlo, pero ahí está, esperando a que cada uno lo coja y lo descifre a su manera para sacar sus propias conclusiones, que en la mayoría de los casos...(+)


En esta vida hay cosas que son inexplicables con palabras, bien porque existe una manera personal o alternativa de comprenderlas o bien porque sencillamente no se han podido demostrar. No sé muy bien si lo de este chico de Oviedo forma parte del primer o del segundo grupo o si realmente tiene alguna interpretación que desconozco. Quizás yo lo vea de una forma diferente y lo sienta también como tal, y seguro que más de uno simplemente no quiere pararse a percibirlo, pero ahí está, esperando a que cada uno lo coja y lo descifre a su manera para sacar sus propias conclusiones, que en la mayoría de los casos suelen coincidir. Esa coincidencia parece clarificar un poco su significado, pero a la semana, o a los quince días, o al comienzo de una nueva temporada, "eso" vuelve a cambiar su contenido y por tanto también su concepto.

Cuando llegó a la Fórmula 1, cuando consiguió su primer podio en Malasia, cuando ganó en Hungría, al igual que cuando muchos grandes pilotos lo han hecho por primera vez, ya había algo que, añadido a su juventud, hacía prever un futuro exitoso para él. Desde entonces simplemente se ha hablado con hechos y las palabras, aunque existentes, no eran necesarias, no han sido necesarias. Al menos no para aquellos que hemos aprehendido "eso" a nuestra manera.

Una sucesión de éxitos tras los cuales se escondía un trabajo duro pero genial, impropio de alguien de su edad y sobre todo de alguien que simplemente podría dedicarse a correr y poco más si quisiese. Involucrado siempre con su equipo, llegó a lo más alto. ¿Alguien lo dudaba? Se coronó como el mejor porque lo era, y se doctoró ante el que un día fue el mejor para que aquellos que no habían entendido su significado aún, empezasen a comprenderlo, aunque les costase.

Cambió de aires, pero se encontró con gente que, a pesar de lo demostrado, no sabía o no quería percibir "eso" ante lo que muchos ya se habían rendido. Las palabras empezaron a brotar y a reproducirse, intentando buscar explicaciones donde no eran necesarias, pero él siguió haciendo lo mismo de siempre, sin inmutarse por fuera, aunque dolido en parte por dentro. Claramente ganó mucho más de lo que parece ese año, porque consiguió evolucionar su significado de nuevo para que mucha más gente lo comprendiese y apoyase, mientras otra prefería hacer oídos sordos a la evidencia.

Dos años de transición en los que esos dos grupos, representativos de la dualidad del ser humano a la hora de elegir entre el sí y el no, el bien y el mal, el ying y el yang, fueron separando sus posturas para posiblemente no querer encontrarse jamás. Dos años de aprender sobre lo aprendido, creando una capa más encima de la ya existente para nutrirse con nuevos conocimientos, mayor experiencia e incrementar así "eso" para que le ayudase a retornar a lo más alto cuando llegase el momento.

Y aunque brilla por sí sólo, reluce cuanta más facilidad hay para interpretarlo. Por eso ahora está nuevamente en su punto álgido, porque Fernando lo sigue mostrando como siempre, pero los resultados son mejores y las sensaciones se parecen a las de los años gloriosos. Y cuando su protagonismo es mayor y sus logros pasan a un primer plano sólo podemos sentarnos y disfrutar de "eso", tomarlo como un regalo y guardarlo en el recuerdo para que perdure.

La palabra derrota deja de existir, y aunque en ocasiones no se sustituye por la de victoria, siempre hay algo positivo que nos hace pasar por alto el hecho de no haber ganado, porque sabemos entenderlo y le damos la importancia que se merece. Lo nuestro no es exagerado aunque lo parezca, pero lo suyo sí aunque a veces no quiera reconocerlo, aunque a veces no quiera, en su modestia, que sus rivales más duros sean minusvalorados, aunque a veces, por querer, no quiera ni saber.

A "eso" algunos le llaman talento, otros calidad. Es igual. No se explica con palabras.

4 comentarios:

  1. que paranoia manda, lo he tenido que leer dos veces para enterarme...

    Buena entrada, muy buena diria yo.

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  2. Que PRECIOSIDAD de entrada, enhorabuena :)

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  3. Me ha encantado la entrada, y mira que estas no son horas para leer ;)

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  4. lindisimo articulo

    un campeón no se hace con controversias o decalraciones, se hace trabajando duro. este va a ser el año en que Fernando Alonso nos muestre su mejor lado.

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Sobre el blog

MANDF1

Desde su nacimiento en 2008, más de 500 publicaciones tratan de plasmar en palabras la actualidad, las opiniones y sentimientos de su autor sobre un mundo complejo pero apasionante como es el de la F1.


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