Del infierno al cielo y viceversa
MAND
lunes, agosto 02, 2010
La victoria de Webber me sorprendió, no puedo negarlo. Tras la salida del safety car le daba totalmente por muerto en cuanto a opciones de podio. Sin embargo, la superioridad del Red Bull en Hungría ha sido tal que los neumáticos blandos de Webber parecían no tener degradación alguna atendiendo a los tiempos. Abrir un hueco como el que abrió respecto a Alonso en el momento en que lo hizo y con unas gomas con las que había calificado el sábado e iniciado la carrera el domingo es un lujo que sólo la escudería austríaca puede permitirse.
A pesar de ello, dentro del propio equipo de las bebidas energéticas no parecían tener confianza en el aguante de los Bridgestone de Mark, y arañaron el máximo tiempo posible cuando se marchó el coche de seguridad, con Vettel haciendo de tapón. Una maniobra claramente planificada, que no nos vendan lo contrario, cuyo tiro terminó saliendo por la culata. Sanción justa de una FIA que ha estado por primera vez en mucho tiempo muy acertada a la hora de imponer sus decisiones.
De hecho el drive-through no le hizo perder mucho tiempo a Sebastian, al igual que la maniobra no había causado un gran beneficio a Red Bull. Por otro lado, a Kubica le recetaron un stop/go, medida más justa debido a la peligrosidad de su accidente en el pit-lane. Las multas a Mercedes y Renault también fueron correctas y en el caso de los alemanes, los comisarios fueron mucho más coherentes de lo que lo habían sido el pasado año con los franceses...o mejor dicho, con Briatore.
Webber toca el cielo de nuevo, lugar al que Alonso, Petrov y De la Rosa también hicieron una visita. El español aguantó las acometidas de Vettel durante media carrera, recordando en parte aquel épico carrerón de Imola, con la diferencia de que Vettel no era tan enormemente superior como lo había sido Schumacher entonces.
El ruso brilló por fin, tras una temporada desastrosa, y aunque puso la alfombra roja a Hamilton para que el inglés pasase en un garrafal error de principiante, rubricó una gran actuación global con un quinto puesto tras superar a Kubica en calificación por primera vez. Pedro estuvo genial en calificación, y aunque cedió puestos en la primera vuelta, terminó séptimo con un gran final de carrera, obteniendo sus primeros puntos de la temporada. Enorme el catalán en el circuito donde nos emocionó en 2006.
En la otra cara de la moneda nos encontramos a alguien que estaba acostumbrado a volar alto, y que a pesar de que hace tiempo que bajó de allí, dejó su egocentrismo junto a las nubes. Schumacher no lo iba a tener sencillo en su regreso, y de eso él era tan consciente como cualquiera de nosotros, pero quizás pensó que no le resultaría tan complicado. Tras lo visto ayer, parecen confirmarse los peores augurios, ya que además de no estar a la altura, puede estar dañando más su imagen.
Aplaudí los gritos de Barrichello en la radio pidiendo bandera negra, así como sus declaraciones al final de la carrera en las que calificó a su ex-compañero de loco. No es para menos, ya que la maniobra es de lo más sucio que se ha podido ver en los últimos años en la Fórmula 1. Como decía al principio de esta entrada, hubiese preferido quedarme con la última imagen de un Michael remontando en Interlagos y firmando un carrerón con un adelantamiento increíble. Pero mientras unos besan la gloria, otros muerden el polvo.
Imágenes: Daylife y Motorsport