¿Cambios o intereses?

Año tras año se introducen nuevos cambios en el reglamento de la Fórmula 1, a veces radicales y otras no tanto, y prácticamente cada temporada tiene algo distinto respecto a la anterior, y la siguiente lo tendrá respecto a ella misma. Cabría preguntarse quizás por qué se realizan los cambios o con qué finalidad, aunque viendo cómo está el panorama quizás sería más correcto preguntarnos por qué cuesta tanto aceptarlos o por qué nunca llueve a gusto de todos.

Cada día que pasa aprendo un poco más de Fórmula 1, a la vez que la entiendo un poco menos. Cuesta comprender las diferentes reacciones de la gente que está tanto dentro como fuera de este mundillo ante las diferentes situaciones que se dan en él, y por tanto es complicado trazar una línea con la que todos estén conformes o ante la que todos opinen de manera similar.

Año tras año se introducen nuevos cambios, a veces radicales y otras no tanto, y prácticamente cada temporada tiene algo distinto respecto a la anterior, y la siguiente lo tendrá respecto a ella misma. Cabría preguntarse quizás por qué se realizan los cambios o con qué finalidad, aunque viendo cómo está el panorama quizás sería más correcto preguntarnos por qué cuesta tanto aceptarlos o por qué nunca llueve a gusto de todos.

Tras el primer Gran Premio de la temporada han sido incontables las quejas por una carrera aburrida y los llamamientos a una F1 más emocionante. Y sinceramente, creo que ha sido una exageración como pocas veces había visto antes. Más allá de que cada uno haya podido vivir la carrera de una manera diferente debido a sus preferencias de pilotos o equipos, más allá de los colores de cada uno, creo que la carrera no ha sido tan aburrida como muchísima gente dice, y es más, creo que la palabra aburrida ni siquiera debería ser utilizada para definirla.

Parece que más de uno ha olvidado ya los dominios aplastantes de Schumacher en el 2004 o las claras victorias de Jenson Button el pasado año. Y a pesar de todo, esas carreras también tenían su dosis de espectáculo. Aburrida fue, por ejemplo, la carrera de Indianápolis 2005, con cuatro coches luchando en pista y dos Ferrari de paseo. Pero una carrera en la que, como bien comentan en muchos blogs, hubo más de 30 adelantamientos, y alguno de la talla de los que hizo Kubica, que fueron soberbios, no puede ser calificada de aburrida.

Uno de los principales problemas ha sido que la realización ha estado rozando el patetismo, pues más de la mitad de la carrera se centró en enfocar a los tres pilotos de cabeza (dos cuando Vettel cayó y uno cuando Alonso se quedó sólo), un cuarto a los perseguidores del primer grupo, donde no hubo adelantamientos, y el resto del tiempo pudimos ver un poco de unos y un poco de otros, de entre los que restaban por aparecer en pantalla. Así es lógico que el espectador no se divierta, y menos si no le gusta comparar tiempos o bien no puede hacerlo por sus propios medios.

Precisamente hablando de tiempos encontramos otra razón por la que la palabra aburrimiento sobra, ya que creo que si hace sólo cinco años (incluso menos) nos dijesen que había varios monoplazas rodando en pocas décimas de diferencia por vuelta (en un circuito con un tiempo de vuelta de dos minutos), nos hubiésemos pegado al televisor aunque no hubiese adelantamientos.

El pasado año comenté lo mismo en el GP de España, y creo que es un buen ejemplo para comparar este GP de Bahrein de 2010. En Montmeló se vivió una carrera con pocos adelantamientos (al menos en pantalla), pero a pesar de que no se movieron las posiciones en cabeza, la lucha de tiempos fue preciosa, quizás de las mejores del año (y eso que hubo unas cuantas). Pero ese día se opinaba lo mismo, que había sido un aburrimiento. Cierto, no había sido la mejor carrera del año, pero tampoco habíamos visto un Indianápolis 2005 en Barcelona.

De todas formas, estoy de acuerdo en que la falta de adelantamientos en pantalla no favorece al espectáculo, y también en que las comparativas de tiempos no es algo que atraiga al gran público. Por tanto yo también pienso que deberían realizarse cambios, grandes cambios, pero considero que dichos cambios se deben realizar en su debido momento y no recién empezada una temporada.

¿Por qué? Pues muy sencillo. Porque todos los equipos han trabajado desde hace muchos meses en base a un reglamento, y algunos parten con ciertas ventajas respecto a los otros bien por haber interpretado mejor el reglamento o bien simplemente por haber sacado más partido que los demás a las normas. El problema viene en que si ahora se cambian dichas normas, los equipos que tienen ventajas podrían ver cómo se esfuman, y los que estaban a cierta distancia podrán recortar, o incluso al revés (que los que están en cabea tuviesen mayor ventaja), lo cual sería todavía peor.

Por ejemplo, el tema de obligar a hacer dos paradas y tener neumáticos más duraderos. Si desde un principio se hubiese tenido ésto en cuenta, muchos equipos hubiesen pasado por alto el tema del desgaste y se hubiesen centrado más en otros aspectos para mejorar sus tiempos. Se dice que Red Bull podría desgastar más los neumáticos que el resto, y entiendo que si se cambia esta norma, en el caso de los austríacos, que ya parten con bastante ventaja respecto al resto, tendrían una mayor renta respecto a quienes les ganan en este aspecto. Y lo mismo que ocurre con los neumáticos puede ocurrir con cualquier otro cambio que pretendan realizar.

Quizás me equivoco, tampoco sé realmente si las ventajas cambiarían o si algunos equipos se verían tan afectados o beneficiados como pienso respecto a otros, porque no tengo información real de que unos desgasten más sus gomas, consuman menos o tengan mejor rendimiento en determinadas circunstancias. Pero creo que es comprensible que el hecho de realizar cambios en medio de una temporada iniciada no es justo, aunque de justicia la F1 no entiende mucho.

Por eso también me extraña que muchos de los que defendieron en su día a ciegas que los difusores de Ross Brawn no deberían ser eliminados hoy estén a favor de los cambios simplemente para ver más espectáculo. Aunque en su día yo tampoco estaba a favor de esos difusores, me di cuenta de que las lagunas en el reglamento deben taparse desde un principio o dejarse como están y que cada uno las interprete a su manera.

Sin ir más lejos, precisamente para este segundo Gran Premio del año se va a impedir que cuatro escuderías (McLaren, Mercedes, Renault y Force India, según se rumorea) mantengan sus difusores, ya que han excedido el límite del reglamento, y deberán cambiarlos. En este caso sí que estoy a favor, pero de ahí a cambiar por cambiar hay un gran trecho.

De todo este embrollo sólo consigo sacar una conclusión en claro: Si lo que se quisiese realmente fuese aumentar la emoción y hacer las carreras más entretenidas, con más adelantamientos, hay muchas cosas que podrían modificarse para favorecer a que ésto ocurriese, y sin embargo año tras año, aunque parece que se pretende dar un paso hacia adelante, siempre hay alguna manera de dar dos hacia atrás al mismo tiempo. Ahora pretenden vendernos que los cambios aumentarán la emoción, pero yo creo que los cambios sólo vienen basados en intereses, y que cada uno velará por aquellos que puedan otorgarle mayor ventaja o que puedan perjudicar más a sus rivales.

Kovalainen comentó ésta semana que se podrían prohibir las banderas azules en carrera. O sea, que los doblados deberían ser adelantados naturalmente y no deberían dejarse pasar por los que ruedan en cabeza. Aunque parece que la propuesta va en serio, yo creo que es una muestra clara de lo que digo en referencia a los intereses de cada uno. Por muy ilógico que nos pueda parecer lo que dice Heikki, creo que tiene exactamente la misma lógica que lo que proponen Bernie Ecclestone y algunos equipos o personalidades de la F1, porque en definitiva cada uno busca aquello que le beneficie, y mientras los que busquen sean ellos, ya sabemos quienes no vamos a encontrar nada.

Así que yo no puedo apoyar los cambios, porque considero que no aportarían grandes diferencias al espectador y quizás sí a algunos equipos, y porque en realidad no creo que esta temporada vaya a ser aburrida. El GP de Bahrein no ha sido el mejor de la historia, pero lo correcto sería pedirle cuentas a Tilke y no a Ecclestone. Seguro que cuando se corra en circuitos decentes no necesitaremos hablar de cambios.

¿Trenecito? Ponlos a correr en un circuito decente y luego hablamos.