28/11/17

El marketing blando de Pirelli duerme a la Fórmula 1

martes, noviembre 28, 2017
La temporada 2017 de F1 ha terminado y la conclusión principal que podemos sacar es que nos hemos aburrido excesivamente. La última carrera en Abu Dabi fue la guinda del pastel, ya que siendo una de las más soporíferas de la última década ha servido para clarificar que algo ha fallado en la práctica, que el espectáculo no ha sido ni de cerca todo lo emocionante que debería. Más allá de que Mercedes continúa siendo el equipo dominador de ambos campeonatos y que sus rivales no consiguen dar con la tecla desde que se inició la era de los motores híbridos, el reglamento actual había sentado unas bases claras para hacer que las carreras tuvieran un mayor atractivo de cara al espectador. Sin embargo, a la hora de plasmar en la pista lo que sobre el papel es un cuento de hadas es cuando aparecen los problemas, y el mayor de ellos tiene un responsable claro: Pirelli.

De nuevo toca cargar contra el suministrador único de neumáticos de la categoría puesto que en 2017 han dado una vuelta de tuerca más en su aproximación a la era Bridgestone, dejándonos no sólo con carreras a una parada por norma, sino también con una variedad estratégica nula en cada fin de semana. La idea de ampliar el abanico de elecciones estratégicas con tres compuestos por Gran Premio fue una de los mejores modificaciones introducidas el año pasado, y en principio estaba destinada a ofrecernos unas carreras más emocionantes e imprevisibles, pero poco a poco este planteamiento se ha ido pervirtiendo hasta el punto de que todos los equipos realizan las mismas elecciones y siguen la misma estrategia. Dos años han bastado para convertir las carreras en un aburrimiento que solamente las sanciones por problemas mecánicos han conseguido alterar, regalándonos alguna remontada de monoplazas punteros con el DRS como aliado pese a ser un gran destructor de emoción.

Nos tuvimos que agarrar a eso durante gran parte del año y especialmente en las últimas carreras, cuando Ferrari se autodescartó de la lucha por el mundial y Mercedes se encargó de dar paseos militares con hasta 20 segundos de ventaja en la manga, como se demostró en Yas Marina. De no ser por la emoción que un crecido Sebastian Vettel le dio a esta lucha, con sus grandes actuaciones en la primera mitad de la temporada, nos habríamos quedado dormidos mucho antes de la procesión por el desierto de los emiratos.

Mucho abanico de neumáticos y poca variedad estratégica

Repasando la hemeroteca en busca de explicaciones a esta situación nos podemos encontrar con la descripción que Pirelli hizo en su día del nuevo compuesto ultrablando, al cual definían como el neumático para los circuitos urbanos. Tras descartar la idea de un compuesto de uso exclusivo para la clasificación, esta solución alternativa ya resultaba poco convincente en aquel momento, pero poco conscientes éramos entonces del excesivo protagonismo que las gomas de color violeta iban a tomar en tan sólo unos meses.

Pirelli decidió emprender una campaña de lavado de imagen tras los casos de delaminaciones y reventones como el de Silverstone 2013, y a pesar de que entraron a la Fórmula 1 con la premisa de fabricar compuestos poco duraderos, el hecho de que un neumático denominado "duro" tuviera un bajón de rendimiento en veinte o treinta vueltas les parecía estar dañando la percepción de su marca en el exterior. Por ese motivo decidieron desplazar un escalón todos sus compuestos, ablandando las denominaciones de sus neumáticos para que donde antes teníamos que escoger entre duro y medio terminásemos eligiendo entre blando y superblando. Se trató de un cambio de escala relativamente paulatino con la intención de no generar aún más críticas, pero basta con echar la vista atrás unos pocos años para darnos cuenta del diferencial entre ambas situaciones.

Esta estrategia de marketing unida a una innecesaria mayor durabilidad nos ha dejado con unos neumáticos duros que sólo existen para la foto y unos ultrablandos que Michelin envidiaría en Indianápolis 2005. El resultado: carreras a una parada con ultrablandos y superblandos como norma y sin más variedad estratégica que los undercut entrando una vuelta antes que tu rival a boxes. Un regreso a 2010 por la puerta trasera, dos pasos hacia atrás para huir de las consecuencias negativas del paso adelante.

Supernombres ultracoloridos para el hiperaburrimiento

Lo más preocupante de esta tesitura es no atisbar cambios en el horizonte y comprobar cómo el fabricante sigue poniendo el énfasis en la denominación de sus compuestos mientras se aleja de aquel mundo ideal prometido en 2011. Para muestra un botón: la campaña para buscar un nombre al neumático más blando de 2018, que se tambaleó entre lo humorístico y lo patético si tenemos en cuenta todos los datos expuestos con anterioridad.

Junto a este se introduce además un compuesto en el otro extremo de la escala, lo cual resulta más sorprendente si cabe ante la ausencia del duro en los Grandes Premios de 2017. Permítanme dudar de que introducir un compuesto "superduro" y otro "hiperblando" sea la solución a nuestros problemas. Permítanme creer que seguiremos teniendo compuestos de adorno y otros de marketing en carreras sin variedad estratégica. Permítanme pensar que, tras un 2017 ultraaburrido, terminaremos 2018 hiperhartos de Pirelli.

Sobre el blog

MANDF1

Desde su nacimiento en 2008, más de 500 publicaciones tratan de plasmar en palabras la actualidad, las opiniones y sentimientos de su autor sobre un mundo complejo pero apasionante como es el de la F1.


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