3/12/16

Titánico

sábado, diciembre 03, 2016
Nico Rosberg celebra su título de Campeón del Mundo en Abu Dabi 2016 con Mercedes
"Puedo aprender a pilotar un kart porque él es un Campeón del Mundo, entonces me puede enseñar. Después, algún día, pilotaré en la Fórmula 1 e intentaré ser Campeón del Mundo."
Todo final feliz comienza con un sueño, y todo sueño requiere un gran esfuerzo para convertirse en realidad, especialmente si ese sueño es algo tan difícil de conseguir como llegar a lo más alto en una disciplina donde la exigencia es absoluta y constante. Premonitorias o no, las palabras que el joven Nico dirigía a la prensa ante la atenta mirada de su padre Keke, su referencia, ese espejo en el que mirarse cuando de buscar un sueño se trataba, se han convertido en realidad dos décadas después de ser pronunciadas. El pequeño Rosberg ha repetido la hazaña de su progenitor y ha vuelto a dejar su apellido inscrito en los libros de historia de la Fórmula 1. Nico Rosberg es Campeón del Mundo.

El camino hacia este momento ha sido largo y tortuoso, pero habrá merecido la pena cuando desde su casa, en su nueva vida, eche la vista atrás y rememore todo lo sufrido, los malos y buenos momentos, las luchas, las derrotas y las victorias que le han llevado hasta su objetivo final. La temporada 2015 ha sido una historia en sí misma, un viaje concentrado en 21 capítulos, repleto de altibajos, y en el que su tenacidad se ha impuesto como elemento clave para alcanzar la gloria.

El doloroso final de 2014 y el severo correctivo de 2015 hubiesen hecho claudicar a muchos en su objetivo, pero no a quien vive empeñado en cumplirlo desde los 6 años. Reduplicando sus esfuerzos y centrándose como nunca antes en el aspecto mental, fue capaz de darle la vuelta a la situación y dejar de ser el perseguidor del campeonato para ponerse al frente. Sus cuatro triunfos en las cuatro primeras carreras así lo mostraban al mundo, pero no fue hasta que volvió a verse en la misma situación que en años anteriores cuando pudimos comprobar la gran diferencia. Bajo presión extrema, donde hasta ahora había sucumbido, se hizo fuerte.
Nico Rosberg, Vivian y Mercedes celebran el título de Campeón del Mundo 2016 en Abu Dabi
Mucho se ha hablado del Gran Premio de Malasia como punto de inflexión en la temporada, y aunque es evidente que para su máximo rival fue un momento definitorio, todavía quedaba mucho en juego a partir de Japón. Fue ahí, en Suzuka, donde la victoria puso a Nico en una situación inmejorable y única en su trayectoria. Una vez obtenido el lujo de tener la decisión del Mundial en una mano y la calculadora en la otra, hizo lo que tenía que hacer, lo que otros campeones han hecho en el pasado. Aún a sabiendas del riesgo que conllevaba el no arriesgar, irónicamente, en caso de que un fallo mecánico volviese a aparecer en el final de la temporada.

Ese final, aunque calculador, no estuvo exento de problemas. En Mexico salvó con una gran vuelta en Q3 una situación que parecía destinada a complicarle el campeonato, y en Brasil tuvo que enfrentarse a las inclemencias meteorológicas que en su Mónaco de residencia le habían puesto contra las cuerdas, y que a punto estuvieron de volver a hacerlo cuando el Mercedes parecía escapársele de las manos en la subida hacia la recta de meta. La carrera de Abu Dabi fue el mayor reto de todos ellos, y supuso el cierre a un periodo de segundos puestos más luchados de lo que un monoplaza tan dominador podría sugerir.

Historias como la de 2016 dejan a vista de todos lo complicada y exigente que es la Fórmula 1; algo más que cochecitos de colores dando vueltas en círculos, y algo más que 22 pilotos girando un volante y pulsando botoncitos. El factor mental tiene una importancia tremenda en el rendimiento de un piloto, y la exigencia a la que está sometido va más allá de la presión de una carrera en la pista, extendiéndose a la presión ejercida fuera de ella por los medios de comunicación, los aficionados, y a la influencia psicológica de los resultados obtenidos y de los que se necesitan obtener. Todo ello puede drenar la energía y llevar a un buen piloto a cometer errores, o trasladarlo hacia el éxito si consigue evitarlos con un buen control mental unido a su calidad individual.
Nico Rosberg y Lewis Hamilton se dan la mano en el podio de Abu Dabi 2016
Cuando Rosberg se subió al podio en Abu Dabi se vio a un piloto agotado, desprovisto de energía tras su lucha más intensa contra la presión de alcanzar su momento soñado. Se acababa de quitar un tremendo peso de encima tras diez años de lucha en la categoría y tres de oportunidades que siempre podían ser la última. No podíamos imaginar que en realidad estábamos viendo ya a un expiloto; que junto a ese peso se iba también una historia; que tras esa celebración había una decisión. Cruzando la meta de Yas Marina, bajo una lluvia de fuegos artificiales en su honor, ponía punto y final a un camino dibujado 34 años atrás por Keke y pavimentado por una dedicación familiar y personal hasta el último metro de la última vuelta de su última carrera.

Pocas maniobras mejores que la realizada sobre Verstappen podrían quedar para el recuerdo de su trayectoria. Esa, la última, fue también la más importante, la que separó al Nico que sucumbía bajo presión del Nico que la controlaba para hacerse grande. Pocas carreras mejores que esa, con Lewis Hamilton intentándolo todo para incrementar esa presión, servirían para y dar valor al trofeo en el que su apellido aparece ya dos veces. Y pocos rivales como el propio Hamilton, un campeón insaciable, un ganador nato, un adversario imbatible durante 18 años, para convertir un logro de por sí espléndido en un triunfo glorioso.

Por todo el esfuerzo, el trabajo, la constancia y la tenacidad. Por los momentos de impotencia que engrandecen este desenlace. Por el broche dorado a una trayectoria única. Gracias, Nico, y que sigas escribiendo tu propia historia.
Nico Rosberg, Vivian y Alaia
En MAND F1:
Mejor piloto del año 2009
Mercedes ficha a Nico Rosberg
Más vale tarde que nunca - La primera victoria de Rosberg en la F1
Un candidato a la altura - Por qué Rosberg tenía madera de campeón

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Desde su nacimiento en 2008, más de 500 publicaciones tratan de plasmar en palabras la actualidad, las opiniones y sentimientos de su autor sobre un mundo complejo pero apasionante como es el de la F1.


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