La teoría conspirativa o la traca valenciana

Cuatro semanas se hacen muy largas, y más cuando no se celebra ningún Gran Premio de Fórmula 1 por medio. Más largas parecen aún, y mira que es difícil, cuando llevamos cuatro meses cargaditos de polémicas, política, rumores y noticias (¿He dicho noticias? Lo siento, ha sido un lapsus) y de repente te encuentras con un hueco que debes rellenar antes de que tus bolsillos se resientan.

Está claro que la temporada 2009 de F1 se presentaba como un auténtico aburrimiento, perfecto para echarnos una siesta, y si no que me lo digan a mí en la carrera de Bahrein. Por eso Bernie Ecclestone, contando con el apoyo indiscutible de la FIA, buscaron la mejor manera de entretener a los espectadores no perder dinero, y nos deleitaron con un regalo en forma de difusor, una sanción a McLaren que se esfumó, una guerra contra la FOTA, una reanimación in-extremis de una F1 agonizante, una di-misión imposible, una sanción 'de traca' a Renault a la que se ha unido el regreso de Michael Schumacher.

La verdad, visto así no suena aburrido, y de hecho para mi ya no lo es, pero me da en la nariz que el tema del kaiser y el de la apelación de Renault no son más que una nueva artimaña sucia de la FIA para llenarse los bolsillos. Vale que a Schumi le paga Ferrari y el accidente de Massa no lo provocó Max Mosley, pero la cuestión es que viene de perlas para sacar a flote lo que podía ser un verano vacío de emociones. Por no hablar de la Federación Española y de los organizadores del GP de Europa, que no son más que otro grupo de negociadores en busca de papeles morados.

No voy a poner en duda el hecho de que Michael quiera volver, pues es bastante probable que no se quedase conforme con su retirada y tenga un pequeño vacío dentro. Ahora bien, a mi si me dicen "ven que te pagamos un millón de euros por día de trabajo y nos ayudas a salir un poco a flote", yo cambio el collarín por el HANS sin pensarlo. Y es que donde se mueve dinero sobra todo lo demás, ¿verdad Bernie? Haciendo un balance podríamos decir que aquí gana todo el mundo, pero esa afirmación tendría menos consistencia que una tuerca en el r29. Aquí no ganamos todos, y menos hasta que no vea al último poleman posando ante el oceanográfico. Claro que existe una diferencia muy grande entre querer ver a tu piloto favorito en pista (llámese Fernando, Michael o como se quiera) simplemente para disfrutar y querer ver al piloto más mediático en pista para llenarte las arcas. Por eso aquí sólo ganan los listos y yo, como dice el anuncio, no soy tonto. Al menos no de momento.