¡Qué grande eres, Fernando!

Si tuviese que describir con una palabra lo que Fernando ha hecho hoy en Oviedo, posiblemente tuviese que exprimirme buscando un superlativo que resumiese esa marea de sentimientos y felicidad que sólo alguien tan grande como Alonso puede mover. Más de cien mil personas abarrotaron las calles de Oviedo para ver, aplaudir, y sobre todo, quedarse con la boca abierta ante una exhibición del bicampeón por todo lo alto. El sentimiento era mutuo, pues el asturiano estaba disfrutanto tanto o más que los allí presentes, además de estar tan emocionado como ellos por realizar este espectáculo en su ciudad. Una hora corta pero intensa en la que los decibelios eran proporcionales a las sonrisas, y en la que un bicampeón del mundo fue sinónimo de felicidad. Gracias, Fernando, por estos grandes momentos.

Cinco de septiembre de 2009. Once y media de la mañana. Oviedo. Las calles de la capital asturiana lucen un ambiente espectacular. Cien mil personas abarrotan un circuito improvisado en el que todos y cada uno de ellos esperan ansiosos por ver la salida de un campeón. El tiempo acompaña, pues luce un sol espléndido, y Fernando se prepara para uno de los momentos más dulces de su vida.

Como en cada roadshow del equipo Renault, el ovetense tendrá que pilotar un par de deportivos de la marca francesa antes de que llegue el clímax con la aparición en escena del Fórmula 1, que en este caso no era otro que el r28 con el que había ganado dos carreras el año pasado. Pero Fernando quiso algo más, y pidió un kart para hacer las delicias del público. Y vaya que si las hizo.

Fernando salió a bordo del potentísimo aparato, que constaba de seis marchas y alcanzaba una velocidad máxima de 170km/h. Una bestia que sólo él sabe dominar de la manera como lo demostró. Desde cruzadas espectaculares hasta caballitos, pasando por los típicos ceros, eso sí, sin manos y con un sólo pie. Por si verle manejar semejante artilugio de esa forma fuese poco, Alonso se acercó en dos ocasiones al público para coger sendas cámaras de fotos. La primera la utilizó mientras pilotaba el kart, y la segunda para sacarse una fotografía delante del mismo. Un premio bastante bonito para los propietarios de las cámaras, y un momento más para el recuerdo en la memoria de todos sus fans. Comenzaba el show de magic.

Poco después salió con dos deportivos de Renault, y en uno de ellos llevó al lado suyo a su hermana Lorena, quien tuvo el honor de vivir y disfrutar de una vuelta rápida por las calles de la ciudad asturiana. Los ceros que llenaban las calles de humo y se comían la goma del coche eran el preludio de lo que estaba por venir, el plato fuerte de la exhibición.

Fernando se subió pues al r28 ayudado por los mecánicos del equipo, y comenzó la explosión de decibelios. No dio una, ni dos, ni tres vueltas, sino diez, para alegría de la multitud y disfrute del propio piloto. Aplaudiendo, alzando el pulgar, levantándose la visera del casco...todo mientras domaba una bestia de 800CV en poco más que seis metros de anchura de pista y hacía todo tipo de virguerías con la misma. Finalizado el roadshow, y tras quemar los últimos trozos de goma, Fernando se subió al monoplaza, y cual celebración de victoria en un Gran Premio alzó los brazos al alto y aplaudió a los allí presentes. Estaba claro que lo que para uno era un homenaje, para cien mil era un regalo, y por eso el asturiano se mostró tan cariñoso con sus aficionados. Descorchó una botella de champán y se fue despidiendo uno a uno de sus mecánicos, mientras concedía una entrevista a la televisión local.

Fue un día inolvidable para muchos, en el que se repartió felicidad a raudales y en el que todos disfrutaron. Aunque si me preguntan quién lo hizo en mayor medida, creo que creo que contestaría que un chaval de 28 años al que muchos consideramos como el mejor piloto del mundo, y que año tras año crece en su faceta profesional tanto como lo hace como persona. Fernando, nunca cambies, nosotros tampoco lo haremos. GRACIAS.

Fernando tuvo tiempo para dejarnos ésta preciosa imagen, en la que tras tomar prestada una cámara del público, la utilizó a bordo del kart para sacar fotos.