En Australia, como ya se ha comentado hasta la saciedad, algunos aficionados esperaban ver una procesión, e incluso los pilotos y demás miembros de los equipos reclamaban cambios para evitar ser los costaleros, y para que nadie tuviese que calificar la carrera como un viacrucis insulso. Afotrunadamente el significado de pasión, que religiosamente es negativo, fue sinónimo de emoción y entretenimiento, y el buen sabor de boca nos dejó con tantas ganas de repetir que a penas hemos podido esperar a que los monoplazas vuelvan a entonar esa música de cilindros y válvulas que a todos nos vuelve locos por un momento.
En Malasia los pilotos encontrarán calor húmedo, unas condiciones durísimas para enfundarse un mono ignífugo y tirarse dos horas peleando con sus coches. Es la carrera más dura para los pilotos y quizás también la más imprevisible. La lluvia tiene una alta probabilidad de aparecer en las tardes primaverales malayas, y si eso ocurre no debemos hablar de chubascos, sino de monzones. Eso podría darle más interés a la carrera, o podría matarla como pasó en 2009, cuando habiéndose disputado poco más de la mitad de las vueltas que la componían se tuvo que suspender debido a que los coches navegaban en lugar de rodar. Eso, unido a la escasa visibilidad debido al cambio horario ideado por "Bernie Ecclestone & friends", hizo que por primera vez en mucho tiempo se repartiesen la mitad de puntos en un Gran Premio.
El domingo podría ocurrir algo similar, aunque esta vez el adelantamiento del horario de la carrera podría ayudar a que la visibilidad sea mayor en esas condiciones. Las previsiones anuncian tormentas y por tanto lluvias fuertes. ¿Ayudará eso a que veamos una carrera como la de Australia, o hará el calor extremo que veamos una como la de Bahrein? A esta Fórmula 1 que a punto estuvo de morir en 2009 y a la que se dio por muerta antes de tiempo en este 2010, este domingo le viene de perlas para, definitivamente, dar el paso adelante que este deporte necesita hacia esa resurreción, esa recuperación del prestigio que tuvo antaño. Y la verdad, yo no sigo ninguna religión y por tanto no creo en ningún dios, pero sí sigo la F1 y, por tanto, creo en ella. Espero que en este caso creer, al menos, sirva de algo.
Jejeje, que simil mas curioso has hecho :)
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