Sé que es difícil de analizar el Gran Premio de Mónaco de 2008 después de todo lo que ha pasado, pero trataré de ser lo más conciso posible. La lluvia era esperada, y más de uno rezábamos para que llegase, y así fue, no a la hora de la clasificación, donde a pesar de estar la pista seca, Alonso briló con dos vueltas perfectas y terminó 7º como todos sabemos. Pero quitemos las cuestiones estadísticas y pasemos a las subjetivas, que es lo que me interesa.
Para muchos habrá sido la mejor carrera del año, entre ellos los de telecinco, que con la audiencia que han tenido estará contento hasta el calvo, a pesar del resultado de Alonso. Pero para mi ha sido todo lo contrario. Alonso fue el único que arriesgó, sí, pero es que Alonso creo que no necesita demostrar que es el mago del agua, que es el rey cuando la pista está mojada, pues eso lo sabemos de sobra. Lo que hay que tener es un poquito de paciencia y esperar el momento adecuado para adelantar. Paciencia para saber que aunque pierdas cinco segundos en una vuelta, en el total le sacas más de 20 al líder. Paciencia para saber que a pesar de haber colisionado con una valla tienes el podio asegurado y no necesitas apresurarte para conseguirlo. Paciencia al fin y al cabo, que es lo que a Fernando le faltó al intentar adelantar a Nick Heidfeld cuando no podía, cuando éste tenía la posición ganada, cuando el tiempo que podía perder de no hacerlo era practicamente insignificante.
Y es que la salida era perfecta, estaba claro que de no cometer errores, como venía siendo normal en Alonso hasta este año, de no tener problemas con el coche, algo más dudoso, Alonso tenía la victoria más que asegurada. Tras los problemas de ambos ferraris y ambos McLaren, Fernando estaba en primera posición virtual con 20 segundos de ventaja sobre Hamilton. Pero claro, llegó el primer fallo, fallo del coche y de la pista, llamémosle aquaplanning o bien problema de tracción del Renault, pero se comió una valla. No era raro, pues la mitad de la parrilla lo hizo al igual que él. Pero con la desgracia llegó la suerte. Fernando entró a boxes y salió el Safety-Car, con lo que se colocó de nuevo en una buena posición y pegado a sus rivales. (Una duda que tengo es por qué no penalizaron a Fernando, pero eso nunca se sabrá). Pero claro, Hamilton, que iba a dos paradas, ya había hecho la primera y sólo le quedaba una, en cambio Alonso, que iba a una, ahora tenía que hacer otra a mayores. Con lo cual la victoria se había escapado, a no ser que hubiese suerte, algo que faltó en Mónaco. Pero el segundo puesto estaba claramente al alcance, es más, lo tenía sobradamente, con una parada menos que el resto de rivales que tenía por delante. Pero claro, tras adelantar en una grandísima maniobra, como casi todas las que hizo el piloto español, a Mark Webber, llegó la tortuga Heidfeld para sacar al bicampeón del mundo de sus casillas, y en un acto más propio de Hamilton o Piquet, se lo comió con patatas en la curva del casino. Decepcionante, un error de principiante que lo hacía caer a la penúltima plaza sin opciones de podio, ni siquiera de puntos. Ni con el coche de seguridad, que permitió a Fernando recuperar una de las dos vueltas que tenía ya perdidas, pudo Alonso llegar a los puntos.
Lo didho, una carrera espectacular, donde Alonso demostró ser el mejor piloto del mundo, pero donde demostró que es humano también. En definitiva, yo creo que Alonso pudo merecer más, pero ese error le dió lo que se merecía, un 10º puesto. Y ésto lo dice un alonsista, pero un alonsista que ha visto cómo se esfumaba la posiblemente única oportunidad de victoria en todo el año y quién sabe si de podio.
Analizando a más pilotos, se llega a la conclusión de que la mala suerte también hizo que Alonso no puntuara, porque Hamilton, de no tener la ayuda del coche de seguridad cuando reventó el neumático, a saber la posición en la que hubiera quedado, por ejemplo. Pero hay que decir que Alonso, a pesar del error, fue uno de los mejores en pista, sólo suerado por el intachable Kubica, que mereció la victoria sin duda, y por Adrian Sutil, que como bien sabemos, sufrió en sus carnes el egocentrismo de Ferrari. Kimi, al ver que tenía un ¡¡¡Force India!!! delante, se lanzó a adelantarlo lo antes posible, para no quedar en ridículo claro (esto es una ironía de las grandes), y así le fue, se lo tragó, arruinando la carrera de un piloto que próximamente peleará contra él y contra Alonso por el mundial, no hay que olvidarlo. Lo de Raikkonen fue merecidísimo, esa 9ª plaza era lo que se merecía, por toda la horrenda carrera que hizo, y perder el liderato le vendrá bien para que se centre un poco. Se demostró que los campeones fallan, pero también se demostró que un bicampeón es siempre mejor que un campeón, que un piloto que conduce un coche indomable, si es bicampeón, destaca sobre el resto, aunque el resto se llamen Raikkonen y compañía. Lo dicho, que lo que necesita la F1 es menos diferencias entre los coches y mejores pilotos, que si hoy se marcha Fernando, nos quedamos con uno de los peores campeonatos de la historia, con un Hamilton patético haciendo el ridículo en el podio, con un Massa que lo hace aún más en carrera, si cabe, con un Kimi que, o conduce borracho, o le pesa el llevar el número uno, y con un Kovalainen que lleva tiempo desaparecido, quién sabe si estará sufriendo el efecto Alonso, yo apuesto que sí.
Así es la F1, una injusticia, pero es lo que hay, no nos podemos quejar, que Alonso ganó dos mundiales porque no conducía un Minardi, que Hamilton esté ahí arriba con un Mclaren, entonces, no debía extrañarnos, pero una cosa está clara, la igualdad reside en que los mejores pilotos tienen peores coches, no en que Mónaco es estrecho y pequeño, señores, por favor, no comparemos un Hamilton, Massa o Kovalainen con un Alonso, Kubica o Sutil, entre muchos otros.
Para terminar, me quedo con la horrenda imagen que dió Hamilton en el podio, con un Ron Dennis que parecía estar celebrando su matrimonio con el piloto ingés, y con el padre y el hermano del ganador en medio, haciendo de testigos, o de payasos. Y me quedo también con la mejor frase de la semana y quizás de este año, pronunciada por Gonzalo Serrano: "Ahí está, ahora Ron ya tiene lo que quería"
Yo me despido hasta pronto esperando otro chaparrón, o cuaquier milagro, para volver a ver en la cima a quien se lo merece.
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